En Paseo de la Reforma aparecen cráneos que no se limitan a ocupar espacio. Son esculturas enormes, superficies trabajadas como pieles de historias, cada una con su voz. Treinta y cinco piezas se alinean entre el Ángel y la calle de Belgrado y en su escala convierten la avenida en un territorio para detenerse.

El proyecto reúne obras intervenidas por artistas con trayectorias distintas. Hay cráneos que trabajan la biodiversidad con motivos de flora y fauna, otros que recuperan oficios y memorias de los barrios, y algunos que se acercan a la cultura pop para conectar con públicos jóvenes.
La edición incorpora piezas nuevas bajo la línea De Naturaleza Viva y las hace convivir con intervenciones de años anteriores. El resultado es un conjunto coherente que puede verse en orden o por fragmentos sin perder sentido.Las texturas, los relieves y los colores funcionan como signos: un cráneo puede ser altar, mapa o guiño irónico según quién lo mire.



Desde la mirada de Calles Chilangas, Mexicráneos aporta tres valores culturales claros. Primero, instala a las artes en un corredor cotidiano y lo vuelve parte del día a día. La gente que cruza Reforma para trabajar, estudiar o pasear se encuentra con una exposición sin barreras y sin horarios. Segundo, actualiza una tradición. El cráneo, ligado al Día de Muertos, funciona aquí como soporte para contar historias presentes y no solo para ilustrar un pasado. Tercero, abre conversación. Las piezas generan un diálogo espontáneo en el espacio público.
La exhibición se instala del 18 de octubre al 17 de noviembre de 2025. Al alejarse, la avenida retoma su prisa pero los cráneos permanecen. No se disuelven con la foto de la memoria, se quedan como convocatorias: pequeños altares públicos que llaman a celebrar, recordar y volver.



